martes, 30 de abril de 2013

NOTICIA: Privilegios sobrentendidos


No deja de ser un privilegio para mí poder ir a Cataluña y que me entiendan cuando hablo. También consideraría un privilegio, en el caso de quedarme a vivir ahí, el poder aprender correctamente catalán, pues toda lengua aprendida te enriquece, y cuanto más fluidamente la entiendas y te expreses, mejor comprendes lo que te rodea.
No deja de ser un privilegio también que una sociedad tenga la capacidad de enseñar a sus niños a hablar perfectamente varias lenguas. Por los niños nunca va a quedar, no tienen límite. La que acaba siendo incapaz es la sociedad, aunque tenga los medios a su alcance, y sobre todo sus dirigentes, que convierten un privilegio en un arma sociológica y política.—Francisco Javier Sáez-Benito Suescun.

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